Spiritual Worker

Balas perdidas

Balas perdidas

Esta es la historia de estas dos balas, una tuvo lugar hace como 13 años y la otra al final del famoso 2020, las dos “balas perdidas”.

Estaba una noche meditando en el estudio de nuestra antigua casa y se cae al lado mío desde una de las repisas, un candelabro de metal pesadísimo al suelo (primera vez que pasaba en la vida), primero casi me da un infarto pues ya todos dormían en la casa, luego de recuperarme del susto decidí no seguir meditando e irme a la cama, unos 15 minutos después una bala perdida entró por el techo y cayó justamente en la silla en donde yo meditaba, todavía conservo la silla y la bala, que pueden ver en la foto, qué habría pasado si no hubiera tenido esa advertencia?

La segunda bala es una historia muy reciente al finales de diciembre en la casa actual y otro barrio, una mañana al despertar veo que hay un hueco en el techo, pero lo último que uno piensa es que es de una bala, sin embargo me parecía increíble que el daño fuera tan localizado, varios días después corriendo muebles para limpiar encontramos la segunda bala detrás de mi mesa de noche llena de polvo de yeso.

Les cuento esto porque además de hecho curioso he entendido que:

1. La “seguridad es una fantasía” no sabes lo que puede pasar, hay que vivir cada día como el último, yo sé que suena cliché pero ni en tu casa estás seguro, aunque es bonito venderse esa idea. Pero la vida es tan frágil como preciosa.
2. A pesar de los balazos que me persiguen jajaja me he sentido protegida por ángeles y guías, tengo la certeza que uno no se muere ni un minuto antes del momento preciso, ese momento en que cumplimos nuestra parte del contrato divino.
3. El único ritual obligatorio que hay en nuestra pequeña familia es que en las noches agradecemos las cosas buenas grandes y pequeñas juntos, así si esa noche la bala me toca a mi atraparla que ellos sepan que estoy agradecida con lo que he vivido y que los amo.